Piar instala su Cuartel
General en el Paso de Caruachi después que sus soldados derrotan a unos 300 del
enemigo que cubrían la zona – Deja al Coronel Pedro Chipía en el mando de
Caruachi y continúa su marcha – Ocupa todas las Misiones capuchinas, incluyendo
la villa de San Antonio de Upata, donde instala su Cuartel General – Dicta Bando y designa a Luis Lezama Teniente de
Justicia Mayor- Dirige Proclama a los indígenas de las Misiones - Se niega nuevamente a repasar el Orinoco para
unirse a Bolívar en Barcelona y refuerza el Sitio de Guayana la vieja - Trata
de establecer relaciones de amistad y comercio con Demerara – Dispone pena
capital contra los ladrones de bestias y marcha de nuevo sobre Los Castillos
ante un posible rompimiento del cerco por parte de los realistas.
El
General Manuel Piar desmonta su Cuartel en el Hato San Felipe y reanuda su
marcha hacia las Misiones del Caroní, pero antes de aproximarse al Paso de
Caruachi, enfrenta con setenta de sus soldados a unos 300 del enemigo que
cubren la zona desde el campamento de Ure.
En oficio al oficial Miguel Armas que comanda el Sitio de Angostura, le
informa que “esta sola escaramuza nos ha hecho dueño de todas las
misiones que están a la ribera del Caroní: el enemigo huye y no se atreve a
esperarnos. Creo que todo este país se
pacificará muy pronto, porque ni los indios ni los frailes se esconden: todos
se van presentando”.
Piar
no quiere perder tiempo y prosigue su avance hacia las Misiones luego de dejar
comandando la zona de Caruachi al Coronel Pedro Chipía con instrucciones por escrito muy precisas de
cubrir con su división todos los puntos poblados, incluyendo el paso del río
con una guardia permanente para control y protección de las comisiones del ejército
que pasen por allí. Pero su objeto
principal señala que es el de defender
el parque y proteger a los indios conservándoles sus derechos y haciéndolos
gozar de los bienes de la libertad, lo que no excluía la recluta entre los mismos naturales para alistarlos en
las tropas. Debía Chipía también
establecer una armería para arreglar los fusiles que presentaran problemas y
localizar a los herreros del lugar para que forjasen el mayor numero posible de
lanzas.
Piar cruzó el Caroní por el Paso de Caruachi el 2
de febrero y entró en la villa de Upata en medio de las aclamaciones y vivas
del pueblo cuatro días después tras dispersar la guarnición del Gobierno y
refugiarse ésta en los Castillos de Guayana la vieja con las fuerza que cubrían
a Caroní y San Joaquín en número de 200, de los cuales la mayor parte eran
indios porque todos los criollos se adhirieron a la causa y muchos de ellos
pasaron a engrosar el ejército. . Al
tomar posesión de la villa, Piar dictó y
dio a conocer el siguiente Bando:
“A los
habitantes de la villa y departamento de Upata: El ejército libertador de
Guayana cubre ya vuestro territorio que ha tomado bajo su protección. La libertad e independencia, la tranquilidad
y el pleno goce de vuestras propiedades y derechos son las divisas que nos
distinguen y los bienes que os traemos.
Nada tenéis que temer; el imperio de la ley y de la justicia ha sucedido
a la dura opresión del despotismo.
Para
afirmar vuestra seguridad y obrar la felicidad general, he tenido a bien
ordenar y mandar los siguientes artículos:
Artículo
1º.-Todos los vecinos o habitantes de este departamento, hombres y mujeres, se
restituirán a sus casas a disfrutar tranquilos y libremente de sus
intereses. Artículo 2º.-Los hombres se
presentarán al Teniente de Justicia mayor del departamento en el término de 48
horas con las armas que tengan. Artículo
3º.- Los que hubieren tomado o supieran dónde haya alguna cosa, perteneciente a
los españoles o los que han emigrado con ellos, la presentarán en el mismo
término al expresado Justicia o la denunciarán para que se recoja. Artículo 4º.- Los que contravinieren
cualesquiera de los presentes artículos, serán tenidos por enemigos de la
República y como tales castigados severamente.
Cuartel General en Upata, a los 6 de Febrero de 1817. 7º . Manuel Piar”.
Ese mismo día
el General Piar recibió en su Cuartel a civiles representativos de la villa,
entre ellos, al ciudadano Luis Lezama, quien por haber expresado sus deseos
sinceros de consagrarse a la causa, es nombrado Teniente Justicia Mayor tanto
de la Villa como del departamento que comprendía los pueblos de El Palmar, Guasipati, El Miamo y Tumeremo que ya habían
sido tomados por tropas avanzadas.
Piar le impuso
al Teniente de Justicia el deber de atraer a los vecinos huidos o escondidos,
asegurándoles inmunidad y la garantía plena del goce de su libertad y de sus
bienes; asimismo el deber de presentar al Mayor General del Ejército los
hombres útiles para el servicio de las armas;
recoger los bienes pertenecientes a los españoles enemigos y a los
emigrados con ellos para darles el destino más conveniente a los intereses de
la causa patriótica; cuidar de hacer alguna provisión para el ejército, tanto
de pan, como de sal, tabaco y otros rublos de acuerdo con las necesidades de
las tropas y del vecindario.
Al siguiente
día, el General Piar dirigió una proclama a los indígenas habitantes de a
Misiones del Caroní en los siguientes términos:
“El
Gobierno español se ha acabado: la patria está ya libre, y vosotros que sois
sus hijos primitivos debéis ser los primeros que gocéis de la libertad, de sus
privilegios y derechos.
Hasta
ahora habéis estado sujetos al capricho arbitrario de los capuchinos que, no
contentos con ejercer su ministerio espiritual, os oprimían, reduciéndoos a esclavos. En adelante no será sí.
El
ejército de la República es vuestro defensor.
Nosotros os miramos como hermanos, y como tales os concedemos los mismos
derechos nuestros. Lo que trabajéis será
para vosotros; los servicios que hagáis se os pagarán, y seréis premiados por
ellos, con todos los honores a que os hagáis acreedores.
Venid,
pues, a reuniros con nosotros; volved a ocupar vuestras casas y pueblos; nadie os hará daño. Vuestras familias, mujeres e hijos serán
respetados, y disfrutaréis con ellos tranquilidad, paz abundancia y
felicidad. Cuartel General de Upata, 7
de febrero de 1817. Manuel Piar”.
Ese mismo día ofició al Comandante Pedro Chipía a
objeto de que destacase treinta o cuarenta hombres al mando de un oficial para
ocupar los pueblos de San Joaquín y Caroni y cuidar de los intereses de los
capuchinos que lo habían abandonado todo.
Piar permaneció tres días más en Upata
y pasó luego con su ejército a sitiar las fortalezas de Guayana la
vieja.
Exactamente
marchó el 10 de ese mismo día y retorno inmediatamente después para seguir
despachando desde su Cuartel de Upata.
Aquí recibió con un mes de retardo un nuevo oficio del Libertador, a
través del Coronel Vélez, en el que
insiste sobre la necesidad perentoria de repasar el Orinoco para reunírsele con
el fin de formar un gran ejercito unido.
Piar, sobre la marcha, le responde esgrimiendo una vez más las razones
que se oponían a esas operaciones y que con anterioridad le fueron trasmitidas,
añadiendo el sacrificio a que se exponen los 29 pueblos de la Guayana en el
acto en que los abandone el ejército... “Yo
no puedo persuadirme que la orden de VE sea un decreto a muerte contra estos
infelices inocentes. VE la libra
ignorando mi situación; impuesto de ella, no podrá menos que aprobar mi
resolución de permanecer en esta Provincia hasta liberarla del todo. El enemigo está reducido a la última
extremidad, circunscrito a las dos Guayana, privado de todo recurso y aterrado. Estas son ventajas que no siempre se
presentan, y que no pueden desperdiciarse
cuando una vez se han presentado”.
Aun así, Piar
recibe al Teniente Coronel Salcedo trayendo cartas de Juan Bautista Arismendi y
del Libertador insistiendo encarecidamente ambos sobre la necesidad de que Piar desista de sus operaciones en
Guayana y se vaya a Barcelona. Pero
nuevamente Piar esgrime sus razones ante Arismendi y, para poner de manifiesto
eficazmente los inconvenientes que tiene de repasar el Orinoco como se lo
ordena el Libertador, comisiona al Teniente coronel José Manuel Olivares para
que explique personalmente al Jefe
Supremo su posición y la situación de ventaja que significa asegurar la
libertad de la Provincia de Guayana tanto por su posición estratégica como por
sus ingentes recursos y facilidad de comunicación con las colonias inglesas
limítrofes.
Arismendi
después, en el informe al Libertador le dirá que “La respetable comisión
que VE me ha dado, no ha producido hasta el día, en esta parte de Guayana, todo
el bien para la patria que hemos
esperado y que vienen ofreciendo mis operaciones en otras partes de esas provincias
orientales. Ya VE habrá seguido
recibiendo mis oficios y las respuestas de los Generales Cedeño, Monagas y
Mariño después de las del General Zaraza, que fue el primero con quien traté.
El
General Piar, quiero decírselo reservado, me da mala espina. A este patriota le ha soplado mucho la
fortuna y quien sabe a donde va a parar esto, porque como que él no piensa como
nosotros. En fin, vea VE lo que Piar le
ha dicho en los oficios con el Coronel Vélez y después con el Comandante
Salcedo, de que estoy informado, y vea lo que a mi me dice en el corto original
que le adjunto; es de 16 de este mes.
No puedo
extenderme más, y veo que pronto podré informarle verbalmente lo que no puede
ir escrito, ni puede contenerlo la vía oficial”.
La cercanía y
comunicación con las colonias inglesas como una de las razones esgrimida para
no abandonar la campaña de Guayana, Piar quiere darle sentido dirigiéndole el 18 de febrero la siguiente
:carta al Gobernador de Demerara:
“Deseando
establecer entre esta Provincia y esa Colonia las relaciones de amistad y
comercio libre que ha existido entre las demás Provincias de Venezuela y las
potencias que tienen la gloria de pertenecer a la Gran Bretaña, me atrevo a
invitar a VE y suplicarle se sirva permitir nuestras comunicaciones comerciales
conforme a las benéficas intenciones de ambos Gobiernos, y las ventajas
recíprocas de uno y otro país.
La
contestación que espero tenga VE la bondad de dar a mi solicitud para abrir este
nuevo canal a nuestra mutua prosperidad, será seguida inmediatamente de la
importación y exportación según los términos y modo que VE me indique.
Dígnese
VE aceptar los sinceros homenajes de alta consideración y respeto con que soy
de VE, el más atento y adicto servidor QBSM.
Manuel Piar”
Debido a que durante esos días, muchas de las
bestias que había logrado reunir Piar para organizar la caballería del ejército
y el transporte, habían desaparecido, se apresuró a dictar medidas para
evitarlo, imponiendo la pena capital: - “Para cortar el desorden que se
observa en el ejército por los continuos robos de caballos, ordeno y
mando: Que todo el que en adelante robe
algún caballo u otra bestia perteneciente al ejército, será pasado por las
armas en el acto, bien sea oficial, sargento, cabo, soldado o paisano, sin
atender a grado, servicio, ni recomendación alguna. Publíquese por bando para noticia de
todos. Upata, Febrero 19 de
1817.-7º. Manuel Piar”
Un día después le llegan noticias de que en el pueblo
de Puedpa, cercano a Upata, se ha cometido un asesinato y en el acto le escribe
a su comisionado en el lugar, J.J. Cardozo,
previniéndolo de que inmediatamente proceda a dar con el autor del
crimen y que luego de averiguado le forme juicio sumario y se lo envíe para la
decisión definitiva. Este despacho se
produjo cuando Piar ya con pie en el estribo de su caballo se disponía marchar
de nuevo sobre las Fortalezas de Guayana la vieja que había dejado sitiadas con
anterioridad.
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