jueves, 13 de junio de 2013

CAPITULO IX / Piar ocupa las Misiones

Piar instala su Cuartel General en el Paso de Caruachi después que sus soldados derrotan a unos 300 del enemigo que cubrían la zona – Deja al Coronel Pedro Chipía en el mando de Caruachi y continúa su marcha – Ocupa todas las Misiones capuchinas, incluyendo la villa de San Antonio de Upata, donde instala su Cuartel General – Dicta  Bando y designa a Luis Lezama Teniente de Justicia Mayor- Dirige Proclama a los indígenas de las Misiones -  Se niega nuevamente a repasar el Orinoco para unirse a Bolívar en Barcelona y refuerza el Sitio de Guayana la vieja - Trata de establecer relaciones de amistad y comercio con Demerara – Dispone pena capital contra los ladrones de bestias y marcha de nuevo sobre Los Castillos ante un posible rompimiento del cerco por parte de los realistas.

            El General Manuel Piar desmonta su Cuartel en el Hato San Felipe y reanuda su marcha hacia las Misiones del Caroní, pero antes de aproximarse al Paso de Caruachi, enfrenta con setenta de sus soldados a unos 300 del enemigo que cubren la zona desde el campamento de Ure.  En oficio al oficial Miguel Armas que comanda el Sitio de Angostura, le informa que “esta sola escaramuza nos ha hecho dueño de todas las misiones que están a la ribera del Caroní: el enemigo huye y no se atreve a esperarnos.  Creo que todo este país se pacificará muy pronto, porque ni los indios ni los frailes se esconden: todos se van presentando”.

            Piar no quiere perder tiempo y prosigue su avance hacia las Misiones luego de dejar comandando la zona de Caruachi al Coronel Pedro Chipía con  instrucciones por escrito muy precisas de cubrir con su división todos los puntos poblados, incluyendo el paso del río con una guardia permanente para control y protección de las comisiones del ejército que pasen por allí.  Pero su objeto principal señala que es el  de defender el parque y proteger a los indios conservándoles sus derechos y haciéndolos gozar de los bienes de la libertad, lo que no excluía la recluta  entre los mismos naturales para alistarlos en las tropas.  Debía Chipía también establecer una armería para arreglar los fusiles que presentaran problemas y localizar a los herreros del lugar para que forjasen el mayor numero posible de lanzas.

Piar  cruzó el Caroní por el Paso de Caruachi el 2 de febrero y entró en la villa de Upata en medio de las aclamaciones y vivas del pueblo cuatro días después tras dispersar la guarnición del Gobierno y refugiarse ésta en los Castillos de Guayana la vieja con las fuerza que cubrían a Caroní y San Joaquín en número de 200, de los cuales la mayor parte eran indios porque todos los criollos se adhirieron a la causa y muchos de ellos pasaron a engrosar el ejército. .  Al tomar  posesión de la villa, Piar dictó y dio a  conocer el siguiente Bando:

“A los habitantes de la villa y departamento de Upata: El ejército libertador de Guayana cubre ya vuestro territorio que ha tomado bajo su protección.  La libertad e independencia, la tranquilidad y el pleno goce de vuestras propiedades y derechos son las divisas que nos distinguen y los bienes que os traemos.  Nada tenéis que temer; el imperio de la ley y de la justicia ha sucedido a la dura opresión del despotismo.

Para afirmar vuestra seguridad y obrar la felicidad general, he tenido a bien ordenar y mandar los siguientes artículos:

Artículo 1º.-Todos los vecinos o habitantes de este departamento, hombres y mujeres, se restituirán a sus casas a disfrutar tranquilos y libremente de sus intereses.  Artículo 2º.-Los hombres se presentarán al Teniente de Justicia mayor del departamento en el término de 48 horas con las armas que tengan.  Artículo 3º.- Los que hubieren tomado o supieran dónde haya alguna cosa, perteneciente a los españoles o los que han emigrado con ellos, la presentarán en el mismo término al expresado Justicia o la denunciarán para que se recoja.  Artículo 4º.- Los que contravinieren cualesquiera de los presentes artículos, serán tenidos por enemigos de la República y como tales castigados severamente.  Cuartel General en Upata, a los 6 de Febrero de 1817.  7º . Manuel Piar”.

Ese  mismo día el General Piar recibió en su Cuartel a civiles representativos de la villa, entre ellos, al ciudadano Luis Lezama, quien por haber expresado sus deseos sinceros de consagrarse a la causa, es nombrado Teniente Justicia Mayor tanto de la Villa como del departamento que comprendía los pueblos de El Palmar,  Guasipati, El Miamo y Tumeremo que ya habían sido tomados por tropas avanzadas.

Piar le impuso al Teniente de Justicia el deber de atraer a los vecinos huidos o escondidos, asegurándoles inmunidad y la garantía plena del goce de su libertad y de sus bienes; asimismo el deber de presentar al Mayor General del Ejército los hombres útiles para el servicio de las armas;  recoger los bienes pertenecientes a los españoles enemigos y a los emigrados con ellos para darles el destino más conveniente a los intereses de la causa patriótica; cuidar de hacer alguna provisión para el ejército, tanto de pan, como de sal, tabaco y otros rublos de acuerdo con las necesidades de las tropas y del vecindario.

Al siguiente día, el General Piar dirigió una proclama a los indígenas habitantes de a Misiones del Caroní en los siguientes términos:

“El Gobierno español se ha acabado: la patria está ya libre, y vosotros que sois sus hijos primitivos debéis ser los primeros que gocéis de la libertad, de sus privilegios y derechos.

Hasta ahora habéis estado sujetos al capricho arbitrario de los capuchinos que, no contentos con ejercer su ministerio espiritual, os oprimían, reduciéndoos a esclavos.  En adelante no será sí.

El ejército de la República es vuestro defensor.  Nosotros os miramos como hermanos, y como tales os concedemos los mismos derechos nuestros.  Lo que trabajéis será para vosotros; los servicios que hagáis se os pagarán, y seréis premiados por ellos, con todos los honores a que os hagáis acreedores.

Venid, pues, a reuniros con nosotros; volved a ocupar vuestras casas  y pueblos; nadie os hará daño.  Vuestras familias, mujeres e hijos serán respetados, y disfrutaréis con ellos tranquilidad, paz abundancia y felicidad.  Cuartel General de Upata, 7 de febrero de 1817.  Manuel Piar”.

Ese mismo día ofició al Comandante Pedro Chipía a objeto de que destacase treinta o cuarenta hombres al mando de un oficial para ocupar los pueblos de San Joaquín y Caroni y cuidar de los intereses de los capuchinos que lo habían abandonado todo.  Piar permaneció tres días más en Upata  y pasó luego con su ejército a sitiar las fortalezas de Guayana la vieja.

Exactamente marchó el 10 de ese mismo día y retorno inmediatamente después para seguir despachando desde su Cuartel de Upata.  Aquí recibió con un mes de retardo un nuevo oficio del Libertador, a través  del Coronel Vélez, en el que insiste sobre la necesidad perentoria de repasar el Orinoco para reunírsele con el fin de formar un gran ejercito unido.  Piar, sobre la marcha, le responde esgrimiendo una vez más las razones que se oponían a esas operaciones y que con anterioridad le fueron trasmitidas, añadiendo el sacrificio a que se exponen los 29 pueblos de la Guayana en el acto en que los abandone el ejército...  “Yo no puedo persuadirme que la orden de VE sea un decreto a muerte contra estos infelices inocentes.  VE la libra ignorando mi situación; impuesto de ella, no podrá menos que aprobar mi resolución de permanecer en esta Provincia hasta liberarla del todo.  El enemigo está reducido a la última extremidad, circunscrito a las dos Guayana, privado de todo recurso y aterrado.  Estas son ventajas que no siempre se presentan, y que no pueden desperdiciarse  cuando una vez se han presentado”.

Aun así, Piar recibe al Teniente Coronel Salcedo trayendo cartas de Juan Bautista Arismendi y del Libertador insistiendo encarecidamente ambos sobre la necesidad  de que Piar desista de sus operaciones en Guayana y se vaya a Barcelona.  Pero nuevamente Piar esgrime sus razones ante Arismendi y, para poner de manifiesto eficazmente los inconvenientes que tiene de repasar el Orinoco como se lo ordena el Libertador, comisiona al Teniente coronel José Manuel Olivares para que explique personalmente  al Jefe Supremo su posición y la situación de ventaja que significa asegurar la libertad de la Provincia de Guayana tanto por su posición estratégica como por sus ingentes recursos y facilidad de comunicación con las colonias inglesas limítrofes.

Arismendi después, en el informe al Libertador le dirá que “La respetable comisión que VE me ha dado, no ha producido hasta el día, en esta parte de Guayana, todo el bien para la patria  que hemos esperado y que vienen ofreciendo mis operaciones  en otras partes de esas provincias orientales.  Ya VE habrá seguido recibiendo mis oficios y las respuestas de los Generales Cedeño, Monagas y Mariño después de las del General Zaraza, que fue el primero con quien traté.

El General Piar, quiero decírselo reservado, me da mala espina.  A este patriota le ha soplado mucho la fortuna y quien sabe a donde va a parar esto, porque como que él no piensa como nosotros.  En fin, vea VE lo que Piar le ha dicho en los oficios con el Coronel Vélez y después con el Comandante Salcedo, de que estoy informado, y vea lo que a mi me dice en el corto original que le adjunto; es de 16 de este mes.

No puedo extenderme más, y veo que pronto podré informarle verbalmente lo que no puede ir escrito, ni puede contenerlo la vía oficial”.

La cercanía y comunicación con las colonias inglesas como una de las razones esgrimida para no abandonar la campaña de Guayana, Piar quiere darle sentido  dirigiéndole el 18 de febrero la siguiente :carta al Gobernador de Demerara:

“Deseando establecer entre esta Provincia y esa Colonia las relaciones de amistad y comercio libre que ha existido entre las demás Provincias de Venezuela y las potencias que tienen la gloria de pertenecer a la Gran Bretaña, me atrevo a invitar a VE y suplicarle se sirva permitir nuestras comunicaciones comerciales conforme a las benéficas intenciones de ambos Gobiernos, y las ventajas recíprocas de uno y otro país.

La contestación que espero tenga VE la bondad de dar a mi solicitud para abrir este nuevo canal a nuestra mutua prosperidad, será seguida inmediatamente de la importación y exportación según los términos y modo que VE me indique.

Dígnese VE aceptar los sinceros homenajes de alta consideración y respeto con que soy de VE, el más atento y adicto servidor QBSM.   Manuel Piar”

Debido a que durante esos días, muchas de las bestias que había logrado reunir Piar para organizar la caballería del ejército y el transporte, habían desaparecido, se apresuró a dictar medidas para evitarlo, imponiendo la pena capital: - “Para cortar el desorden que se observa en el ejército por los continuos robos de caballos, ordeno y mando:  Que todo el que en adelante robe algún caballo u otra bestia perteneciente al ejército, será pasado por las armas en el acto, bien sea oficial, sargento, cabo, soldado o paisano, sin atender a grado, servicio, ni recomendación alguna.  Publíquese por bando para noticia de todos.  Upata, Febrero 19 de 1817.-7º.  Manuel Piar”

Un día después le llegan noticias de que en el pueblo de Puedpa, cercano a Upata, se ha cometido un asesinato y en el acto le escribe a su comisionado en el lugar, J.J. Cardozo,  previniéndolo de que inmediatamente proceda a dar con el autor del crimen y que luego de averiguado le forme juicio sumario y se lo envíe para la decisión definitiva.  Este despacho se produjo cuando Piar ya con pie en el estribo de su caballo se disponía marchar de nuevo sobre las Fortalezas de Guayana la vieja que había dejado sitiadas con anterioridad.











            

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