Juramentado el Secretario José Ignacio Pulido - Apertura
del proceso con la declaración de los primero seis testigos Coronel Juan Francisco Sánchez,
Coronel Pedro Hernández, Teniente coronel Juan José Olivares, Alférez José
Peralta, Capitán de navíos Antonio Díaz y Capitán Ramón Machado.
El General
Carlos Soublette. General de Brigada y Jefe del Estado Mayor, una vez recibido
el nombramiento como Juez Fiscal y el expediente respectivo para la incoación
del juicio contra el General Piar, procedió al día siguiente a citar y juramentar al Secretario, lo cual
dejó expresado en la siguiente certificación:
“Certifico que en
cumplimiento de la orden que antecede del Excmo. Señor Simón Bolívar, Jefe
Supremo de la República, y va por cabeza para formar el proceso a Manuel Piar,
General en Jefe del Ejército, acusado de los crímenes de insubordinación a la autoridad suprema, de conspirador contra
el orden y tranquilidad pública, de sedicioso, y últimamente de desertor, hice
comparecer ante mí al Capitán del
batallón de Cazadores de Honor, ciudadano José Ignacio Pulido, a quien S.E. ha
nombrado por Secretario de esta causa, según consta de la misma antecedente
orden, y aceptó este empleo, prometiendo bajo su palabra de honor guardar
secreto y obrar con fidelidad en cuanto se actúe; y para que conste lo firmó
conmigo en el Cuartel General de la ciudad de Angostura, a 4 de Octubre de
1817.-7º.
CARLOS SOUBLETTE.
JOSÉ IGNACIO PULIDO.
Inmediatamente después, el Juez
Fiscal y Secretario abandonaron el Cuartel instalado en la casa de los
gobernadores de la colonia, y se dirigieron a la residencia del Libertador (Casa donde se reunión después
el Congreso de Angostura) para iniciar el proceso. El primero en comparecer fue el Coronel de Infantería, Juan Francisco
Sánchez, primer testigo en este proceso, a quien dicho señor Juez Fiscal hizo
poner la mano derecha sobre el puño de su espada, y preguntando si bajo su
palabra de honor promete decir verdad a lo que se le interrogase, dijo: “sí,
prometo.”
Preguntando
su nombre y empleo: dijo se llama Juan Francisco Sánchez y que es Coronel de
infantería.
Preguntando,
si conoce al señor General Manuel Piar y saber donde se halla y por qué causa
se le procesa: dijo que conoce al señor General Manuel Piar, por General en
Jefe de ejército: que se halla preso en una casa de las de la plaza de esta
ciudad, y que considera que se le procesa por haber desertado de esta plaza
quebrantando las órdenes del Jefe
Supremo, y por haber querido establecer la guerra civil, animando a los hombres
de color contra los blancos,
persuadiéndoles a que éstos intentaban tiranizarlos.
Preguntando,
si reconoce por suyas las firmas con que están
marcados los documentos primero y sexto que obran a los folios dos y
diez: dijo que sí la reconoce y que es la misma firma de que usa
constantemente.
Preguntando, que progresos tuvieron los proyectos de
conspiración que se anuncian en estos documentos por parte del General Piar;
con quiénes más trató sobre ellos, además del Capitán Calixto y del señor
Coronel Hernández que se citan en el sexto documento; si Piar los convidó a la conspiración, con qué prospecto, con qué
promesas; si la seducción trató de extenderla hasta la tropa; de qué medios se
valía y quiénes eran sus agentes: dijo, que los proyectos de conspiración del General Piar no progresaron nada por no
haber encontrado apoyo, pero que sabe que después que furtivamente pasó el Orinoco,
a consecuencia de la intimación que le hizo el señor General Bermúdez de la
orden del Jefe Supremo para que se le presentase en el Cuartel General, se
dirigió a la ciudad de Maturín por el sitio de Cucasana; que en aquella ciudad
proclamó los mismos principios de
subversión contra el orden social públicamente con el mayor escándalo, según se
lo ha manifestado el señor General Rojas,
suscitando una guerra de colores, que de allí se dirigió a reunirse al
señor General Mariño, como en efecto lo verificó; que además del Capitán Calixto y Coronel Hernández sabe que el
General Piar habló con el General Cedeño y con el Teniente Coronel José Manuel
Olivares, convidándolos y persuadiéndolos a sus inicuos designios, muy
particularmente al primero, para con quien puso en ejercicio todos los resortes
de la seducción; que también lo hizo con el exponente en los términos que se
lee en el primer documento, folio dos, y que
cuando dio parte al señor General Bermúdez de la sesión que acababa de
tener con el señor General Piar, le expresó
que el Jefe haber recibido ya iguales informes de los proyectos de Piar,
que éste había hablado en particular a todos los comandantes de caballería que
se hallaban en esta plaza y algunos subalternos; que de todo había dado parte
al Gobierno, habiendo tomado todas las medidas correspondientes en el asunto, de acuerdo con el General Cedeño;
que lo mismo le dijo este Jefe a quien también dio parte de dicha sesión, el
cual le añadió que había reunido en su casa a los Jefes subalternos de su
Brigada y les había hecho ver que si el General Piar se ausentaba de esta
Provincia era a solicitud suya espontánea, como se evidenciaba de la carta que
dirigió al Jefe Supremo, y que le
manifestó original, a virtud de la cual había obtenido una licencia temporal
del Gobierno, para curarse, que no era perseguido y que los principios que
proclamaba eran injustos y perniciosos: injustos, pues que el hombre por los
fundamentos liberales de la la República estaba en el goce de la más perfecta
igualdad; y perniciosos, porque el
General Piar sólo aspiraba a subvertir el orden social y a envolvernos en todos
los horrores de la guerra civil; que no sabe que promesas les hiciese, ni con
qué prospecto; que tampoco ha sabido si trató
de extender su seducción hasta la tropa, ni de qué medios pudiera
valerse, ni si tenía agentes.
Preguntando,
si sabe si después que el General Piar se reunió al General Mariño, ha
continuado propagando los mismos principios: dijo que no sabe otra cosa sino lo
que el General Rojas le manifestó en conversación, a saber: que habiendo estado
un hermano de este General en el Cuartel
General del General Mariño, oyó al General Piar que le decía: “Santiago, si tú no te pones a la cabeza de los negros,
estos pícaros se burlan de nosotros.”
Preguntando,
qué hechos positivos ha cometido el General Piar de desconocimiento a la
Autoridad Suprema de la República, y qué
ha sabido de los movimientos
hostiles de Piar contra la ciudad de Maturín, y de la guerra al Gobierno
legítimo que juraron sus tropas en Cumanacoa: dijo, que el General Piar ha
desconocido la Autoridad Suprema por el hecho de reunirse con un General
disidente, como lo es el General Mariño; por haber marchado en compañía de este
mismo Jefe a atacar a Maturín, porque el que manda en este Departamento se
negaba a auxiliarlos si no reconocían la Autoridad Suprema, y es todo lo que
sabe sobre los movimientos hostiles del General Piar contra esta plaza; y
últimamente por haber desobedecido las órdenes del Jefe Supremo que le fueron
comunicadas por el General Cedeño en el pueblo de Aragua, Provincia de Cumaná,
para que viniera a presentársele, como se ve en el documento número trece, en
el que sin embargo de que se encuentra la expresión de que el General Piar
ordenó al Comandante Carmona se pusiese
a la cabeza de su infantería y que ésta se preparase para batirse, sólo
oyó lo primero y no lo segundo, pero sí
observó que cuando el Comandante Carmona se paseaba al frente de la
infantería, le decía a ésta que no
hiciese fuego; y que el mismo General Piar le dijo en conversación al exponente
que como había de haber hecho fuego su infantería, pues que en este caso se
exponía a matarle por estar mezclado con
los que lo aprehendieron; que no sabe nada acerca del juramento de guerra que en
la pregunta se dice hizo su tropa en Cumanacoa.
Preguntando,
si tiene algo que añadir diga todo lo que sepa: dijo que no tiene más que
añadir y que lo dicho es la verdad a cargo de la palabra de honor que tiene dada, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta declaración,
y dijo ser de edad de treinta y cinco años y lo firmó con dicho señor y el
presente Secretario.
CARLOS SOUBLETTE.
JUAN FRANCISCO
SÁNCHEZ.
Ante mí.
J. Ignacio Pulido,- Secretario.
Declaración
del segundo testigo, Coronel Hernández.
En
dicho día, mes y año compareció ante el
señor Juez Fiscal, y en la misma posada de S.E., el señor Coronel de
caballería, ciudadano Pedro Hernández, segundo testigo en este proceso, a quien dicho señor Fiscal hizo poner la mano
derecha sobre el puño de su espada, y preguntando si bajo su palabra de honor
promete decir verdad en lo que fuese interrogado: dijo “sí prometo”.
Preguntando,
su nombre y empleo, dijo se llama Pedro Hernández y que es Coronel de
Caballería.
Preguntando,
si conoce al señor General Manuel Piar y sabe dónde se halla y por qué causa se
le procesa, dijo que conoce al señor General Manuel Piar por General en Jefe de
ejército; que se halla preso en una casa de las de la plaza de esta ciudad, y
que cree se le procesará por la conspiración que intentó
hacer contra el orden público; y añade que cuando el señor General Piar pasó de
las Misiones para este lado en el mes de
Julio, se hallaba el exponente en una comisión en el puerto de
Canaguapana; que cuando regresó de la
comisión se encontró con el señor
General Piar en el campo del Juncal, quien le dijo que había venido huyendo de
las Misiones porque le habían querido asesinar, nombrando sólo entre los que
tenían este intento, al Presbítero ciudadano José Félix Blanco, lo que
sorprendió mucho al declarante. Que al
día siguiente, habiendo vuelto a ver a dicho señor General, le dijo aquel que
no obedecía las órdenes del Jefe
Supremo, y que era necesario que se reuniesen todos los pardos y que matasen a
todos los blancos; que sólo por ser pardo era perseguido, y que estaba ya
resuelto a destruir a aquellos, y convidaba e incitaba al exponente a que abrazase estas ideas y formase partido entre
todos los de esta clase, asegurándole con sólo la caballería que estaba
sitiando esta plaza y los Dragones que estaban del otro lado del Caroni, eran
suficientes para realizar su proyecto; y diciéndole que los pardos no valían
nada entre los blancos, que estaban sin mando y sin ningún influjo, porque
éstos querían tener todo el poder y solo destruyéndolos serían felices y todas
las ventajas estarían de su parte. Que
quería el señor General Piar con esta halagüeña perspectiva hacer que el
declarante entrase en su conspiración; pero él guardó silencio, conociendo los
males que envolvía semejante intento.
Preguntando.-
Si sabe el verdadero motivo porque el señor General Piar pasó de las
Misiones para este lado: dijo que auque el señor General Piar no le dijo otro
que él queda ya referido, supo el exponente por el señor General Cedeño que
había tenido una licencia temporal para curarse, cuyo pasaporte vio, como también la carta que
escribió al Jefe Supremo pidiéndole esta licencia y a varios Jefes que se
encontraban en el Cuartel General para que se empeñasen en el buen éxito de su
solicitud.
Preguntando.-
Si sabe si el General Piar hizo a algunos otros Jefes, oficiales y soldados del
ejército las mismas proposiciones que al declarante: dijo que no sabe; pero que
varios Jefes, oficiales y soldados se dirigieron a él a inquirir la causa que
había tenido el General Piar para venir huyendo de las Misiones, a que contestó
el declarante que el General Piar no había venido huyendo, y que él había
venido con licencia del Jefe Supremo; que a ellos no les tocaba estar haciendo
estas averiguaciones, y les encargó que se abstuviesen de hacerlas, y que no
entrasen en ningún partido ni se comprometiesen con nadie, pues que no debía
hacerse otra cosa que lo que el Jefe Supremo mandase, porque en él residía el
Gobierno legítimo y además era el hombre que reunía los votos de todos los
ciudadanos de la República y merecía concepto al extranjero.
Preguntando.-
Si sabe que el Jefe Supremo ordenó al señor General Piar, por medio del señor
Comandante general de las tropas que se encontraban en esta plaza, se
presentase en su Cuartel General en Casacoima, si esta orden le fue intimada y
cual fue la conducta del señor General Piar a consecuencia de esta intimación:
dijo que sí supo que el Jefe Supremo había dado orden para que el General Piar
se presentase en el Cuartel General de Casacoima, que también supo que esta
orden le fue comunicada al General Piar por el General Bermúdez, y que a
consecuencia de esta intimación, el General Piar se fugó de la ciudad, pasó el
Orinoco y se dirigió a la ciudad de Maturín.
Preguntando.-
Si sabe cuál haya sido la conducta del General Piar después de su llegada a
Maturín: dijo que la ignora.
Preguntando.-
Si tiene algo que añadir: dijo que no tiene más que añadir y que todo lo dicho
es la verdad a cargo de la palabra de honor que tiene dada, en que se firmó y
ratificó leída que le fue esta declaración, y dijo ser de edad de treinta y dos
años y lo firmó con el Juez Fiscal y el presente Secretario.- Enmendado- aquel
que-vale.
CARLOS
SOUBLETTE.
PEDRO
HERNÁNDEZ.
Ante mí.
J. Ignacio Pulido, Secretario.
Declaración
del tercer testigo, Teniente Coronel Olivares.
En
5 de Octubre de 1817 compareció en la posada de S.E. el Jefe Supremo, ante el
señor Juez Fiscal, como tercer testigo en esta causa, el señor Teniente
Coronel, ciudadano José Manuel Olivares, a quien dicho señor hizo poner la mano
derecha sobre el puño de su espada, y preguntando si bajo su palabra de honor
promete decir verdad en lo que se fuere interrogado: dijo, “sí prometo”.
Preguntando.-
Su nombre y empleo: dijo se llama José Manuel Olivares y que es Teniente
Coronel de caballería.
Preguntando.-
Si conoce al señor General Manuel Piar y sabe donde se halla y por qué causa se le procesa: dijo que conoce al señor
General Manuel Piar por General en Jefe del ejército: que se halla preso en
esta ciudad y que en su concepto concibe se le procesará por haber desobedecido
al Jefe Supremo, y haber intentado una conspiración, reuniendo a los pardos y
morenos contra los blancos; y además expone que cuando el General Piar vino del
otro lado de las Misiones el exponente fue a encontrarle, por comisión del General
Cedeño, al sitio de Montecristo, en donde se avistó con él y entonces el
General Piar lo recibió diciéndole que venía huyendo de las Misiones porque lo
trataban de sacrificar y que a no ser por un amigo que le escribió del Cuartel
General avisándole del peligro a que se exponía si se dirigía al paso de
Caruachi, habría sido sacrificado; que el Jefe Supremo le había dado su
pasaporte a pedimento suyo; que se lo habían dado con mucho gusto, porque él
tenía el delito de ser pardo, y que éstos no podían gobernar a los blancos; que
se iba a otro lado del Orinoco en donde toda la gente era suya; que iba a
formar un ejército con el que acabaría con medio mundo, y que nunca más
obedecería a Bolívar, ni se pondría a sus órdenes; que el exponente trató de
disuadirlo diciéndole que él estaba alucinando, que el ejército todos lo
querían, que todos eran sus amigos, y que el primero y principal Jefe Supremo;
que se viniese con él a la posada del señor General Cedeño, que él estaba
seguro que hablando con el Jefe Supremo todo se compondría, sin que fuese
necesario su pase al otro lado, lo que podría acarrear graves males; que el
General Piar aceptó el convite que le hacía de pasar a la casa del General
Cedeño, sin que por eso desistiese, asegurando siempre que se iba al otro lado,
pues él jamás podría servir a las órdenes del General Bolívar. Que estando ya alojado en la casa del General
Cedeño, fue llamado un día por el señor General Piar, quien le descubrió
entonces su proyecto de conspiración; que la República no podría ser nunca
feliz mientras estuviese el General Bolívar a la cabeza, el que tenía a su lado
una porción de pícaros que no trataban más que de imponer la ley, e iban a
causarnos toda especie de males, los que eran necesario evitar; que siendo la
clase de pardos más numerosa que la de los blancos, debían reunirse y acabar
con ellos, especialmente con los mantuanos de Caracas; que él estaba seguro que con solo marchar con
las fuerzas que sitiaban esta ciudad al
otro lado del Caroni disipaba las tropas del Cuartel General del General
Bolívar, porque todas se vendrían a su partido, y que entonces se encontrarían
este Jefe solo y burlado, y el realizaría su proyecto acabando con el Jefe
Supremo y matando a todos los blancos; que siendo él pardo (el General Piar
habla), habiendo hecho tantos servicios a la patria y dado tantas pruebas de su
valor y demás cualidades militares él era el que habrá ponerse a la cabeza de las tropas y de la
República, que sólo sería feliz de este
modo, instándole a que se uniese a él en sus proyectos y designios, que sería
feliz, y que se desengañase de que los pardos nunca tendrían influjo ni
representación mientras los blancos gobernasen, empleando todos los medios
imaginables para persuadir al que declara de la posibilidad en que se
encontraba de realizar su intento, y asegurándole que contaba con todas las
tropas, y en suma, le decía que si quería convencerse más le escribiría al
General Anzoátegui y vería por su contestación si tenía fundamento para hablar
con esta seguridad; a lo que el exponente le contestó que no le escribiese,
porque podía comprometer al mencionado General, y que se dejase de aquello, que
un movimiento semejante al que proponía iba a arruinarnos para siempre; y que empeñado en sus deseos conciliatorios
le añadió que todo podía remediarse; que
si su principal disgusto era porque había pícaros al lado del Jefe Supremo,
estaba seguro de que luego que el General Piar le hablase los separaría de sí,
con otras observaciones semejantes que no producían efecto alguno en el ánimo
del mencionado General, quien concluía diciéndole que si no encontraba aquí
todo el partido que se suponía, iría a
otra parte y que haría la guerra como era debido a los perturbadores. Que desde entonces siguió manifestando
públicamente, en presencia de oficiales y tropas, los mismos proyectos, no
obstante la súplica del declarante para que se moderase, haciéndole ver los perjuicios que nos traía
su conducta; pero que como viese que no se contenía, tomó el partido el que
expone de dirigirse a todos los oficiales con quien tenia alguna amistad, y
manifestarles los enormes daños a que nos exponíamos, si el General Piar
encontraba partidarios en un atentado como aquel, que además de que nos desacreditaría a los ojos de todo el mundo
debía causar nuestra ruina innegablemente, y que sería la
acción más negra de ingratitud para con un hombre como el General Bolívar,
cuyos servicios, sacrificios y desinterés, eran tan notorios, y que sobre todo, era el único hombre que
podía salvarnos por su opinión, integridad y conocimientos.
Preguntando.-
Qué progresos tuvieron los proyectos de conspiración que quedan referidos, con
quiénes más trató sobre ellos el General Piar, con qué prospecto, con qué
promesas; si la seducción quiso extenderla hasta la tropa, de qué medios se
valía y quiénes eran los agentes: dijo que no tuvieron ningún progreso los
proyectos de conspiración del General Piar por no haber encontrado apoyo
alguno; que sabe que trató sobre ellos con el Coronel Juan Francisco Sánchez y
considera que también lo haría con todos los Comandantes de caballería y muchos
subalternos, pues con todos lo veía hablar,
y éste era el único asunto de sus conversaciones en aquella época; que
no sabe que promesas hiciese, y que el proyecto no podía ser otro que el que
queda detallado en la anterior pregunta; que seguramente intentaba extender la
seducción hasta la tropa, pues que
aprovechaba las ocasiones de más
concurso para manifestar sus principios con voz alta y con escándalo, y que no
sabe se valiese otros medios ni si tenía agentes.
Preguntando.-Qué
sabe acerca de la licencia que tuvo el General Piar: dijo que por haber visto
los documentos sabe que el General Piar escribió de oficio y por carta
particular al Jefe Supremo pidiéndole
del modo más encarecido una licencia para curarse y que al mismo tiempo escribió a otros varios Jefes que se encontraban en el Cuartel General,
para que se interesasen en el buen despacho de su solicitud, y que obtuvo una
licencia temporal.
Preguntando.-
Si sabe que el Jefe Supremo ordenó al General Piar, por medio del señor Comandante General de las tropas que se encontraban en
esta plaza, se presentase en su Cuartel de Casacoima, si esta orden le fue intimada y cual fue la conducta
del señor General Piar a consecuencia de esta intimación: dijo que sí sabe que
el Jefe Supremo ordenó al señor General Piar, por medio del señor General
Bermúdez, se presentase en su Cuartel General, que también sabe esta orden le
fue intimada a dicho General Piar por el Capitán Ramón Machado. Edecán del General
Bermúdez, encontrándose presente el declarante, y que a consecuencia se ocultó el
General Piar en esta ciudad, en donde no pudo encontrarse, y luego supo que
había pasado el Orinoco y dirigídose a
Maturín.
Preguntando.-
Si sabe cuál haya sido la conducta del señor General Piar después de su llegada
a Maturín: dijo que sólo sabe que se
reunió al General Mariño.
Preguntando.-
Si reconoce por legítimas las firmas con
que están marcados los documentos segundo, tercero, cuarto, quinto y
décimotercio, que obran en este proceso a los folios cuatro, cinco, seis,
siete, ocho, nueve y veinte: dijo que las reconoce por legítimas, por ser de
las que usan los señores Generales Bermúdez y Cedeño.
Preguntando
.- Si tiene algo que añadir: dijo que no tiene más que añadir, y que lo dicho
es la verdad a cargo de la palabra de honor que tiene dada, en que se afirmó y
ratificó leída que le fue esta declaración, y dijo ser de edad de treinta y
cinco años, y lo afirmó con el Fiscal y
el presente Secretario.
Entre
renglones-lado del-vale.
CARLOS SOUBLETTE.
JOSÉ MANUEL OLIVARES.
Ante mí.
J. Ignacio Pulido,
Secretario.
Declaración del cuarto testigo,
Alférez Peralta.
En
dicho día, mes y año, compareció ante el señor Juez Fiscal en su posada, como
cuarto testigo en este proceso el ciudadano José Peralta, Alférez de
caballería, a quien dicho señor hizo poner la mano derecha sobre el puño de su
espada y preguntando si bajo su palabra de honor promete decir verdad de lo que
le fuere preguntado: dijo, “sí prometo”.
Preguntando.-
Su nombre y empleo: dijo se llama José Abad Peralta y que es Alférez de
caballería del Escuadrón de Honor.
Preguntando.-
Si conoce al señor General Manuel Piar y sabe dónde se halla y por qué causa se
le procesa; dijo que conoce al señor General Manuel Piar por General en Jefe
del ejército; que se halla preso en esta ciudad y que no sabe por qué causa se
le procesa.
Preguntando.-
Dónde se encontraba cuando el General Piar vino a las Misiones y si no ha
tenido conocimiento de los acontecimientos del mes de Julio; dijo que cuando el
General Piar vino la última vez a las Misiones estaba en el crucero de
Canaguapana con el Comandante Rodríguez y que no ha tenido conocimiento de los
acontecimientos del mes de Julio.
Preguntando.-
Si marchó con las tropas que fueron con el General Cedeño a Maturín en el mes
pasado de Septiembre y si se encontró en el pueblo de Aragua en el día 27 del
mismo, cuando se aprehendió a dicho General Piar, diga todo lo ocurrido en este
día: dijo que sí fue a Maturín con las tropas que marcharon con el General
Cedeño, que también se encontró en el pueblo de Aragua el día 27 cuando se verificó la aprehensión del señor
General Piar. Que habiendo marchado a
Maturín al pueblo de Aragua, en el piquete de caballería que llevó el señor
General Cedeño, llegaron a su destino por la madrugada; que en el momento se
dirigió el General Cedeño a la casa del General Piar y fue destinado el
exponente con un piquete de carabineros a observar los movimientos de un cuerpo
de infantería que estaba acuartelado, que luego observó que el oficial Carmona,
que mandaba este cuerpo, se dirigía al cuartel, y que cuando el declarante se
disponía a impedirle se comunicase con la tropa, llegó el Coronel Sánchez y
tomándole por el brazo se retiró en conversación; que poco después salieron los
Generales y se dirigieron al Cuartel de infantería, con cuyo motivo el declarante se formó con su
tropa; que este movimiento dio ocasión al Comandante Carmona para que dijese al
General Cedeño que él los trataba con desconfianza pues que les ponía avanzada,
lo que produjo contestaciones de una y otra parte, terminando por imponer arresto
el General Cedeño al Comandante Carmona; que luego siguió un debate entre el
General Cedeño y el General Piar, aquel
persuadiéndole a que le siguiese a Maturín con arreglo a la orden del
Jefe Supremo, y éste negándose a seguirle, hasta el termino de decirle que sí
lo llevaría a Maturín, pero sería en punta de una lanza; que el General Cedeño
le dijo que él había llevado tropas, no para traerle en la punta de una lanza,
sino para hacerle obedecer; que entonces dirigiéndose a la infantería les dijo
que no había venido a hacerles la guerra, que todos eran hermanos y que su
comisión sólo se dirigía a conducir al General Piar a la presencia del Jefe
Supremo; que el General Piar entonces le dijo que no le sedujese su tropa, amenazando con que pasarían con su espada al
primero que se moviese sin su orden; a lo que el señor General Cedeño repuso
que él los defendería con la suya, y volviéndose hacia el General Piar le dijo
terminantemente que era menester siguiese con él a Maturín; y conociendo
entonces el General Piar que tanto el General Cedeño como los oficiales que le
acompañaban estaban resueltos a hacer obedecer la orden del Jefe Supremo, mandó
al Comandante Carmona se pusiese a la
cabeza de la infantería y tirando de su espada se dirigió también a ella, a cuyo
movimiento correspondió el Coronel Sánchez tirando de su sable, sin que sepa el
exponente si fuese porque el General Piar lo amenazase; que en este
momento cercaron al General Piar entre el General Cedeño y los demás oficiales
que lo acompañaban y lo desarmaron, y que el Comandante Carmona desfiló con la
infantería y se apoyó a la caballería, quedando desde entonces el General Piar
arrestado.
Preguntando.-
Si el General Piar, después de arrestado, no intentó fugarse: dijo que al
instante mismo de haber sido arrestado el General Piar vino gente de caballería
y salieron corriendo hacia el monte varios oficiales a pie y a caballo, pero
que no sabe si fuese detrás del General Piar, y que desde Maturín, o mejor dirá
desde Aragua hasta esta ciudad, en que el exponente le ha servido de custodia,
no ha intentado fugarse.
Preguntando.-
Qué personas se encuentran en esta ciudad que hayan sido testigos del suceso de
Aragua: dijo que el Coronel Sánchez y todos los individuos que componían la
escolta; y habiéndosele requerido
nombrase dos de ellos para ser examinados, nombró a los cabos de caballería
Timoteo Díaz y José Claro Sixto.
Preguntando.-Si
tiene algo que añadir: dijo que no tiene
más que añadir y que lo dicho es la verdad a cargo de la palabra de honor que
tiene dada, en que se afirmó y ratificó, leída que le fue esta declaración, y
dijo ser de edad de treinta y tres años, y por no saber firmar hizo la señal de la cruz y lo firmó
dicho señor Juez Fiscal con el presente Secretario.
-Entre renglones-como cuarto testigo en este
proceso.- vale.
CARLOS SOUBLETTE.
+ Ante mí.
J. Ignacio
Pulido,
Secretario.
Declaración del quinto testigo, Capitán de
navío Antonio Díaz.
En
dicho día, mes y año, el dicho señor Juez Fiscal, con asistencia de mí el
Secretario, pasó nuevamente a la posada del Escmo. Señor Jefe Supremo, donde compareció el señor Capitán de
navío Antonio Díaz , quinto testigo en este proceso, a quien dicho señor Juez
Fiscal hizo poner la mano derecha sobre el puño de su espada, y preguntando si
bajo su palabra de honor promete decir verdad a lo que se le interrogare: dijo
“sí prometo”.
Preguntando.-
Su nombre y empleo: dijo se llama Antonio Díaz y que es Capitán de navío de la
armada de la República.
Preguntando.-
Si conoce al señor General Manuel Piar y sabe donde se halla y por qué causa se
le procesa: dijo que conoce al señor General Manuel Piar, por General en Jefe
de ejército; que sabe se halla preso en una casa de las de esta ciudad y que
juzga se le procesa por haberse fugado de esta Provincia a la de Cumaná, y por
las voces sediciosas que divulgó en Maturín desde que llegó, a donde se
encontraba el exponente, diciendo que había huido de esta Provincia porque los
mantuanos trataban de asesinarlo, sólo porque era de color.
Preguntando.-
Si el General Piar tuvo con el exponente
alguna sesión particular, o si la tuvo con algunos otros jefes de los
que se encontraban en Maturín, si las tuvo, qué
les propuso, con qué promesas y cual era el plan para la ejecución de sus proyectos: dijo que cuando el General
Piar llegó a Maturín, el declarante fue a visitarlo, como lo ejecutaron todos
los demás jefes y oficiales que había en aquella plaza, que luego se retiró a
su posada, en donde a poco rato recibió
un recado por conducto de una persona que él no conoce, a nombre del
General Piar, para que fuese a hablar con él; que a consecuencia pasó a casa
del General Rojas, en donde estaba alojado el mencionado señor General Piar,
quien luego que entró lo llevó a la Secretaria y estando solos le dijo, que
tenía que tratarle asuntos de la mayor importancia, a lo que creyó el que
declara que sería alguna comisión del Gobierno de que iba encargado, pero que
en seguida le preguntó si bajo la fe de la amistad se comprometía con él a
auxiliarle con sus fuerzas para la ejecución de una empresa de que le iba a
hablar; que el exponente le contestó que él
estaba sin ningunas, a causa de
la mucha avería que había experimentado en el fuerte combate de Papagallos, y
que había mandado sus buques a Margarita a repararse; entonces le dijo, que
habiendo él tratado en esta Provincia de que se estableciese un Gobierno a fin
de que no residiesen todas las facultades en una sola persona, como residían en
el Jefe Supremo, había tratado de sacrificarlo los mantuanos y él se había
visto forzado a huir para salvarse; que el llevaba el designio de reunir en aquella Provincia de Cumaná, con la
opinión de que gozaba entre sus habitantes, un grande ejército para volver a
repasar el Orinoco; que en Provincia de
Guayana había dejado un gran partido y que
estaba seguro de triunfar de los mantuanos, a quienes era menester matar
absolutamente, porque sus miras no eran otras que las de destruir a todo hombre
de color; que destruido que fuese este partido, él establecería un Gobierno, ofreciéndole al
exponente el empleo de Almirante de la República, cuyo título le dio por dos o
tres veces en la conferencia; a todo lo que el que declara le contestó
negativamente, diciéndole que él no encontraba de manera alguna en semejante,
designios, que él había recibido órdenes del
Jefe Supremo y del Almirante para venir a Guayana, y que iba a
obedecerlas; que entonces el General
Piar le dijo que de ninguna manera viniese, porque lo sacrificaban. Que luego le preguntó dicho General en qué
había venido a Maturín, y sobre la respuesta del que declara de haberlo
verificado en una lancha, le propuso fuese a apoderarse de una flechera que
estaba en Güiria, y tomase además algunos otros buques amigos o enemigos que
encontrase en el Golfo o en los caños, pues desde aquel momento reputaba por
enemigo a todo buque que tuviera comercio o relación con esta Provincia,
insistiendo siempre en el proyecto que queda referido; que el declarante le
reiteró nuevamente su designio de cumplir las órdenes para volver a esta
Provincia, y se terminó esta sesión; pero que al salir el General Piar para
San Lorenzo a reunirse con el General
Mariño, le dijo al exponente que no saliese de Maturín, pues si venía a esta
Provincia sería sacrificado al momento; que su nombre sólo y su reputación eran su delito, y que no sabe
si tuvo conferencias o hizo proposiciones a otros jefes u oficiales; pero que
el General Piar públicamente hacía manifestación de estos principios, publicando que los mantuanos querían destruir a todos
los hombres de color; que era menester que
éstos se reuniesen para acabar con aquellos, y que él lo iba a hacer.
Preguntando.-
Si después que el General Piar se reunió al General Mariño ha continuado
propagando los mismos principios subversivos, y qué movimientos hostiles ha
hecho Piar contra Maturín y por qué causa: dijo que no sabe nada sobre los
particulares a que se contrae esta pregunta.
Preguntando.-
Si tiene algo que añadir, dijo que no tiene más que añadir y que lo dicho es la
verdad a cargo de la palabra de honor
que tiene dada, en que se afirmó y ratificó, leída que le fue esta declaración,
y dijo ser de edad de treinta y tres años y la firmó con el
señor Fiscal y el presente secretario.
Entre
renglones- Antonio Díaz- a donde se encontraba el exponente- Vale.
CARLOS SOUBLETTE.
ANTONIO DIAZ.
Ante mí.
J. Ignacio Pulido,
Secretario.
Declaración del sexto testigo, Capitán Ramón
Machado.
En
dicho día, mes y año, compareció en la
posada del señor Juez Fiscal, como sexto testigo en este proceso, el señor
Capitán Ramón Machado, a quien dicho señor hizo
poner la mano derecha sobre el puño de su espada, y preguntando bajo su
palabra de honor si promete decir verdad en lo que le fuere preguntado: dijo,
“sí prometo”.
Preguntando.-Su
nombre y empleo: dijo se llama Ramón Machado y que es Capitán de infantería.
Preguntando.-
Si conoce al señor General Manuel Piar, si sabe dónde se halla y por qué causa
se le procesa: dijo que conoce al señor
General Manuel Piar: y que sabe se halla preso en una de las casas de esta
ciudad; y que considera se le procesa por conspirador y desertor.
Preguntando.-
Qué sabe sobre los proyectos de conspiración del señor General Piar, y si tiene
noticia de la orden que el Jefe Supremo dio a dicho General, por conducto del
señor General Bermúdez, para que se presentase en su Cuartel General de
Casacoima, si sabe si esta orden le fue comunicada, y cuál fuese la conducta
del General Piar a consecuencia de esta comunicación: dijo que hallándose en el
cuarto de despacho de la casa del señor General Bermúdez como su Edecán, llegó
el señor General Cedeño acompañado del Comandante José Lara, Comandante que fue
de Cucasana, manifestándole que el General Piar había prevenido a este último
no franquease un sólo hombre de aquel
Departamento al Excmo. Señor Jefe
Supremo, y que por el contrario los reuniese todos y los tuviese listos para que él se pusiese a
la cabeza de ellos, pues que estos
mantuanos no pretendían otra cosa que destruir a los pardos; que a virtud de
esta declaración el señor General Bermúdez ofició al señor Jefe Supremo dándole
parte de este acontecimiento y pidiéndole
mandase suspender el pasaporte concedido a Piar para pasar al otro lado,
por las fatales consecuencias que produciría su proyecto; que el señor General Cedeño practicó igual conducta, y que
a virtud de estos avisos previno al señor General Bermúdez el Excmo. Señor Jefe Supremo dijese al señor
General Piar pasase a su Cuartel General en Casacoima a hablar con él, y caso
que se denegase lo remitiese bajo la seguridad de dos Coroneles; que al momento
mandó al declarante el señor General Bermúdez a la casa del General Piar, a
decirle que tuviese la bondad de pasar a su posada a hablar con él asuntos
interesantes; que Piar contestó que iría al momento, y que apenas el que expone había dado esta
respuesta al señor General Bermúdez,-cuando llegó el Edecán del General Piar,
Teniente Coronel Juan Antonio Mina, diciéndole de parte de aquel, que se
hallaba indispuesto, que por esto no pasaba a su casa y que si algo tenía que
tratarle lo hiciese por escrito; que a
vista de esto se le pasó por el señor General Bermúdez copia del oficio
del Excmo. Señor Jefe Supremo, el mismo que puso en manos del General el que
declara y recibió por respuesta que estaba bien: que en este estado y
observando el señor General Bermúdez que lejos de cumplir el General Piar con
lo que se le prevenía estaba haciendo pasar sus bestias al otro lado de la
Soledad, dispuso hacer volver éstas por varios tiros de fusil que se dirigieron
a las canoas, y ordenó al exponente pasase a la Brigada del señor Coronel
Briceño a tomar veinte y cinco hombre que con un buen oficial custodiasen en su posada la persona del
General Piar, pero que habiendo solicitado en ella, manifestaron que había
salido en aquel momento; que con este motivo la tropa se devolvió a su cuartel
y algunos oficiales fueron comisionados en este día por los señores Generales
Bermúdez y Cedeño para aprehenderlo y no tuvo efecto por no haber sido hallado:
que en el momento fueron expedidos oficiales por el General Bermúdez a los
Generales Zaraza, Monagas y Rojas, y Comandantes de la Soledad y Cucasana,
tanto para que aprehendiesen al General Piar si llegase por aquellos destinos,
cuanto para que aplicasen toda la actividad
y celo en impedir la propagación de las negras ideas que se habían empezado a observar.
Preguntando.-
Qué progreso tuvo esta conspiración después de la declaración hecha al General
Bermúdez, cuál era su objeto, bajo qué
principios la anunciaba el General Piar, si lo hacía públicamente, si sabe a
qué Jefes u oficiales subalternos se
haya dirigido en particular bajo qué promesas y con qué prospecto, si la seducción
se extendió hasta la tropa, de que medios se valía y quienes eran sus agentes:
dijo que no sabe hubiese progresado,
porque considera que el conspirador no encontró apoyo ni partidarios: que el objeto entiende no era otro que el de
atacar al Gobierno y destruir el orden
social proclamando el principio de que
los blancos intentaban destruir a todos los hombres de color; que era necesario
que estos se reuniesen, atacasen y matasen a todos aquellos, principalmente a
los mantuanos; que esto lo decía públicamente y en presencia de oficiales y
soldados; sin embargo, que el exponente no se lo oyó decir; que entiende que se
dirigió a algunos Jefes según ha oído decir, pero que sólo está cierto de que
lo hizo al Coronel Sánchez, que se lo manifestó al exponente lleno de una patriótica indignación contra un hombre
que sólo aspiraba a la ruina de la República; que no sabe que promesas hiciese
ni cual fuese su plan; que tampoco sabe si la seducción se extendió hasta la
tropa, ni de qué medios pudiera valerse
ni si tenía agentes.
Preguntando.-
Si sabe cuál haya sido la conducta del General Piar después de su llegada a
Maturín: dijo que ha oído decir, y aun ha visto por la correspondencia del
señor General Rojas, que luego de que
llegó a Maturín el señor General continuó difundiendo las mismas máximas y
luego se reunió con el General Mariño y ha continuado observando la misma
conducta.
Preguntando.-
Si reconoce por legítimas las firmas que
autorizan los documentos segundo, tercero, cuarto, quinto, séptimo, noveno,
décimo, undécimo, duodécimo y décimotercio que obran los folios
4,5,6,7,8,9,14,15,16,17,18,19 y 20 de este proceso: dijo que las reconoce por
legítimas, pues es de las que usan los Generales Bermúdez, Cedeño y Rojas.
Preguntando.-
Si tiene algo que añadir: dijo que no tiene más que añadir, que lo que ha dicho
es la verdad, a cargo de la palabra de
honor que tiene dada, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta
declaración, y dijo ser de edad de treinta y dos años y lo firmó con el Juez Fiscal
y el presente Secretario.-Borrado-del Comandante- no vale.
CARLOS SOUBLETTE.
RAMÓN MACHADO.
Ante
mí.
J. Ignacio Pulido,
Secretario.
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