En la ciudad de Angostura, el once de octubre
de 1817, el Juez Fiscal, en vista de quedar concluidas las ratificaciones,
mandó se procediese al careo y confrontación del acusado General Manuel Piar
con los nueve testigos que han declarado en esta causa, para lo cual se citaron
a todos para las once de la mañana de ese día a la casa que sirve de prisión.
En
dicho día, mes y año a las once de la mañana, el señor General de Brigada,
Fiscal en esta causa, pasó con asistencia del Secretario, y el oficial
defensor, a la casa que sirve de prisión al General Manuel Piar, teniendo
citados para una hora antes y para dicho lugar a todos los testigos que
declaran en este proceso, mandó traer a su presencia al acusado General
Manuel Piar para practicar el careo y confrontación, y habiéndole hecho levantar la mano derecha y
Preguntando.-
¿Juráis a Dios y prometéis a la República decir verdad sobre el punto que os
voy a interrogar? Dijo, “sí juro”; y haciendo entrar en el calabozo al segundo
testigo, Coronel Pedro Hernández,
por no haber concurrido el primero a la citación, le hizo dicho señor poner la
mano derecha tendida sobre el puño de su espada, y
Preguntando
si bajo su palabra de honor promete a la República decir verdad en lo que se le
va a interrogar; dijo, “sí prometo”.
Preguntando
al acusado si conoce al testigo que se le presenta; si sabe le tenga odio o mala voluntad, y si le tiene por sospechoso: dijo que conoce al
testigo que se le presenta; que es el ciudadano
Pedro Hernández, Coronel de caballería; que no cree le tenga odio, y que
nunca le ha tenido por sospechoso; y habiéndole leído en este estado la
declaración del segundo testigo, y preguntando si se conforma con ella: dijo,
que no se conforma en lo que el testigo dice de haberle convidado a la
conspiración de que se le acusa, para asesinar a todos los hombres blancos; que
este es un proyecto que jamás habría podido entrar en su cabeza; que él sí se
ha quejado con el Coronel Hernández de las injusticias que se le habían
hecho; de los proyectos de asesinatos
contra él que le habían hecho concebir;
que también cree le diría que no
serviría más en su Gobierno donde se le había tratado de ladrón y que el
testigo puede haber entendido mal o padecido equivocación en los propósitos de
conspiración, que no han existido ni aun en su entendimiento.
Preguntando
el testigo si conoce al que tiene presente y si es el mismo por quien ha
declarado, y qué se le ofrece decir a lo que el acusado reprueba en su declaración: dijo, que
conoce al que tiene presente, que es el
General Manuel Piar, el mismo por quien ha declarado; que los reparos que pone
el acusado en su declaración carecen de fundamento, pues
que ha pasado justamente lo que tiene
dicho, sin que lo hubiera oído quejarse entonces de que lo trataban de
ladrón como ahora expone; que de nuevo se afirma en lo que tiene declarado, y
de no quedar conformes el testigo y acusado en esta confrontación; lo firmaron
con el fiscal y el presente Secretario.
Inmediatamente en el mismo día,
después de haber salido el que quedaba confrontado, hizo dicho señor comparecer
al tercer testigo, Teniente Coronel José Manuel Olivares y habiéndole
hecho poner la mano derecha tendida sobre el puño de su espada y
Preguntado
si promete a la República bajo su palabra
de honor, decir verdad en lo que se interrogase: dijo “sí prometo”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que se le presenta, si sabe le tenga odio o mala
voluntad, si lo tiene por sospechoso: dijo, que sí lo conoce, que es el
ciudadano José Manuel Olivares, Teniente Coronel de caballería, que no sabe le
tenga odio ni mala voluntad y que no le tiene por sospechoso; y habiéndole
leído en este estado la declaración del referido testigo, y preguntado si se
conforma con ella: dijo, que no niega que con el testigo se ha quejado de las
injusticias que se le habían hecho, que le decía que se iba, que aquí era
perseguido y que no encontraba otra causa para su persecución que la de ser
pardo; pero no se conforma en lo que dice en cuanto a la conspiración para
asesinar a los hombres blancos, pues que sólo habiendo perdido el juicio el
acusado podía haberse producido de
semejante manera, de lo que no conserva la menor idea, pues que en
aquella época tenía su imaginación trastornada por el cúmulo de injusticias que
se le habían hecho, atacando su
reputación y su honor; que ciertamente se quejaba con sus amigos, como lo hizo
con el testigo que esta presente, pero que se examine su archivo, como ya tiene
dicho otra vez, a ver si se encuentran listas, proyectos o correspondencias que
puedan tener relación con el plan de conspiración y de asesinato de que se le
acusa.
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente y si es el mismo por quien ha
declarado y qué se le ofrece decir a lo
que el acusado reprueba en su declaración: dijo, que conoce al que tiene
presente, que es el General Manuel Piar, el mismo por quien ha declarado; que
en cuanto a lo que dice no se conforma con su declaración, dice que lo que dijo entonces es lo que
verdaderamente pasó, en que de nuevo se afirma, y de no quedar conformes el
testigo y acusado en esta confrontación lo firmaron con dicho señor y el
presente secretario.
Inmediatamente,
en el mismo día, después de haber salido el que queda confrontado, hizo dicho
señor comparecer al cuarto testigo, Alférez José Peralta, y habiéndole
hecho poner la mano derecha tendida
sobre el puño de su espada y
Preguntado
si bajo su palabra de honor promete a la República decir verdad en lo que se le
preguntare: dijo, “sí prometo”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que se
le presenta, si sabe le tenga odio o
mala voluntad, y si lo tiene por sospechoso: dijo que lo conoce sólo de
vista, y que no sabe le tenga odio, ni lo tiene por sospechoso; y habiéndole
leído en este estado la declaración del referido testigo y preguntado si se
conforma con ella: dijo, que se conviene con su declaración y que se
remite de nuevo a lo que en este
particular tiene dicho en su confesión.
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente, y si es el mismo por quien ha
declarado: dijo, que conoce al que tiene presente, que es el señor General Manuel Piar; que de nuevo se
afirma en lo que tiene declarado, y de quedar conformes testigo y acusado en esta confrontación lo firmaron.
Inmediatamente
el mismo día después de haber salido el que queda confrontado, hizo el mencionado señor Fiscal comparecer al
quinto testigo, Capitán de navío Antonio Díaz, y habiéndole hecho poner
la mano derecha tendida sobre el puño de
su espada y
Preguntado,
si promete a la República bajo su palabra de honor decir verdad en lo que se la va a interrogar: dijo,
“sí prometo”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que tiene presente, si sabe le tenga odio o
mala voluntad y si le tiene por sospechoso: dijo, que lo conoce y que es el
ciudadano Antonio Díaz, Capitán de navío de la armada de la República; que no
le ha dado motivo para creer le tenía odio
ni mala voluntad y que tampoco lo tiene por sospechoso; y habiéndole
leído en este estado la declaración del referido testigo, y preguntado si se
conforma con ella : dijo, que no se acuerda haber tenido conferencia particular
con el testigo presente; que bien puede ser en paseo o sociedades se haya
quejado en su presencia, como lo ha hecho con otros muchos, de la
persecución experimentada y de las
injusticias que se le habían hecho, pero pregunta ¿cómo podía pensar, sin haber
perdido el juicio, en formar tropas para
venir a atacar al Gobierno de esta Provincia que tenía un grande ejército, cuando toda la
perspectiva que se le presentaba era el General Mariño batido y sus fuerzas
reducidas a ciento y pico de fusileros
sin recursos de armas ni de municiones?
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente y
si es el mismo por quien ha declarado, y qué se le ofrece decir a las
objeciones que el acusado hace a su declaración: dijo, que conoce al que tiene
presente, que es el General Manuel Piar, el mismo por quien ha declarado; y que
pues rebate y niega todas las proposiciones y comprometimientos que le hizo,
pregunta, ¿con qué miras fue, pues, que el acusado le ofreció hacerlo Almirante
de la República? Que de nuevo se afirma y ratifica en lo que tiene declarado, y
de no quedar conformes testigo y acusado
en esta confrontación, lo firmaron junto con el Juez y el Secretario.
Inmediatamente
en el mismo día, después de haber salido el que queda confrontado, hizo dicho
señor Juez comparecer al sexto testigo, Capitán Ramón Machado, y
habiéndole hecho poner la mano derecha sobre el puño de su espada, y
Preguntado.-
Si bajo su palabra de honor promete a la República decir verdad en lo que se le preguntare, dijo: “sí
prometo”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que se le presenta, si sabe le tenga odio o
mala voluntad y si lo tiene por sospechoso: dijo, que sí lo conoce, que el
ciudadano Ramón Machado, Capitán de infantería, y que no sabe le tenga
odio, ni lo tiene por sospechoso: y
habiéndole leído en este estado la declaración del referido testigo, y
preguntado si se conforma con ella: dijo, que en lo relativo a la intimación
que le fue hecha por el General Bermúdez de la orden del Jefe Supremo para que
el acusado pasase al Cuartel General de
Casacoima, se conforma con la declaración del testigo, pero no con nada de lo
que dice ha oido decir sobre el proyecto de conspiración de que se le acusa,
pues además de que el testigo se refiere sólo a simples dichos,
reproduce lo que en este mismo día tiene dicho y anteriormente en su confesión, de que estas son calumnias.
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente y si es el mismo por quien ha
declarado, y qué se le ofrece decir a lo que el acusado reprueba sobre su
declaración: dijo, que conoce al que tiene presente, que es el General Manuel
Piar el mismo por quien ha declarado, que sobre los reparos que hace en su
declaración, el declarante se ha referido a lo que oyó decir al Comandante de
Cucasana y al Coronel Sánchez, que de nuevo se afirma en lo que tiene
declarado, y de quedar conformes testigo y
acusado en esta confrontación, lo firmaron con el Juez y el Secretario.
Inmediatamente en el mismo día, después de
haber salido el que queda confrontado,
mandó dicho señor Juez comparecer al séptimo testigo, Timoteo Díaz, el
cual, no habiendo concurrido a la citación, hizo entrar al octavo testigo José
Claro Sixto, y habiéndole hecho levantar la mano derecha, y preguntado:
“juráis a Dios y prometéis a la República decir verdad en lo que se os va a interrogar? Dijo: “sí juro”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que se
le presente; si sabe le tenga odio o mala voluntad; si le tiene por sospechoso:
dijo, que no se acuerda haberlo visto, y por lo tanto, no sabe le tenga
odio ni si es sospechoso; y habiéndole
leído en este estado la declaración de dicho testigo, y preguntado si se
conforma con ella: dijo, “que sí se conforma”.
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente, y si es el mismo por quien ha
declarado, dijo: que conoce al que tiene presente, que es el señor General
Manuel Piar, el mismo por quien ha declarado, y de quedar conformes testigo y
acusado en esta confrontación, lo firmaron.
Inmediatamente,
en el mismo día, después de haber salido el que queda confrontado, hizo dicho
señor comparecer al noveno testigo, Teniente Coronel Francisco Pildain, y
habiéndole hecho poner la mano derecha tendida sobre el puño de su espada y
Preguntado.-
Si bajo su palabra de honor promete a la República decir verdad en lo que se le preguntare: dijo, “sí prometo”.
Preguntado
el acusado, si conoce al testigo que se le presenta, si sabe le tenga odio o
mala voluntad, y si lo tiene por sospechoso: dijo, que sí lo conoce, y no sabe
si le tenga odio ni lo tiene por sospechoso; y habiéndole leído en este estado
la declaración del referido testigo, y preguntado si se conforme con ella: dijo, que la especie de mantuano a que se refiere
el testigo, la ocasionó una incomodidad que acababa de tener con un sujeto que
había declarado atrozmente contra su conducta en la Villa de Aragua; que lo
demás que dice son las quejas que el
acusado a hecho varias veces, y que no ha negado, y que no sabe cómo el testigo no le ha oído predicar a favor de
la unión, cuando lo hacía en todas partes y a todas horas; y añade que ¿cómo es
posible que haya existido el proyecto de conspiración que se le imputa, y estando en Maturín el acusado en donde es
generalmente querido, a nadie ha convocado ni con nadie ha tratado del asunto,
teniendo allí amigos muy antiguos y de la mayor confianza?
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente y si es el mismo por quien ha
declarado, qué se le ofrece decir sobre lo que el acusado a expuesto: y dijo,
que conoce al que tiene presente, que es el señor General Manuel Piar, el mismo
por quien ha declarado; que nada tiene que decir en lo que ha expuesto, y de
quedar conformes testigo y acusado en esta confrontación, lo firmaron junto con
el Juez y el Secretario.
En
la ciudad de Angostura, a 12 de Octubre de
1817, a las diez de la mañana, el
General de Brigada, Carlos Soublette, Fiscal en este proceso, pasó con
asistencia del Secretario a la casa que sirve de prisión para continuar el
careo, teniendo citados para dicha hora
y lugar a los testigos que faltan de
confrontar y mandó traer a su presencia al General acusado Manuel Piar, y
haciéndole levantar la mano derecha y
Preguntado.-
¿Juráis a Dios y prometer a la República decir verdad sobre el punto de que os
voy a interrogar? Dijo, “sí juro”, y haciendo entrar en el calabozo al primer
testigo, Coronel Juan Francisco Sánchez, le hizo dicho señor poner la
mano derecha tendida sobre el puño de su espada, y
Preguntado,
si bajo su palabra de honor promete a la República decir verdad sobre lo
que se le va a interrogar: dijo, “sí
prometo”.
Preguntado
el acusado si conoce al testigo que se le presenta, si sabe le tenga odio o
mala voluntad y si le tiene por sospechoso: dijo, que conoce al testigo que
está presente, que es el Coronel ciudadano Juan Francisco Sánchez, que sin
embargo que es notorio lo acontecido en el Pueblito, no concibe le tenga odio
ni mala voluntad, porque no le ha hecho daño alguno y que por lo tanto tampoco
lo reputa por sospechoso; y habiéndole leído en este estado la declaración del referido testigo y preguntado si se
conforma con ella: dijo, que se conforma en cuanto a la relación que hace de lo ocurrido en Aragua, y a su fuga de esta
ciudad que ya tiene confesado, pero en cuanto a lo demás de la declaración del presente testigo y a lo que lee en el documento número
primero, sin embargo que no puede asegurar que el testigo mienta, le es
imposible traer a su memoria todas las especies que detalla, pues se contraen precisamente a una época en que el acusado tenía su
imaginación tan acalorada que casi podía considerarse como un loco; que sí se
acuerda que con el presente testigo se quejó
de las injusticias que había experimentado, atribuyendo sus
persecuciones a su clase; y también se acuerda de haberle dicho que se iba a
reunir al General Mariño, que estaba seguro lo trataría con más generosidad que
la que aquí había experimentado; y que no conviene en la fuga que se le
atribuye haber intentado después de su
arresto en Aragua.
Preguntado
el testigo si conoce al que tiene presente, si es el mismo por quien ha
declarado, y qué se le ofrece decir a lo
que el acusado acaba de exponer en su declaración: dijo, que conoce al que
tiene presente, que es el señor General Manuel Piar, que es el mismo por quien
ha declarado, y que respecto a que éste dice no acordarse de los principales
puntos de su declaración, y que
constituye la base de este procedimiento, él estaba pronto a repetir de
nuevo y a la voz todas las particularidades ocurridas en la sesión que tuvo con
el acusado, y que estaba cierto de que se convencería de la verdad con que
declaró; a lo que repuso el acusado que estando enteramente detalladas las declaraciones
y documentos que se le han leído, y no
existiendo en su memoria lo que ha expresado no se acuerda, está cierto de no
recordarlo, aunque se le vuelva a repetir, pues todo lo leído lo tiene muy
presente, y sólo se lograría prolongar una sesión que aumenta sus tormentos; a
lo que añadió el testigo, que de nuevo se afirma en lo que tiene declarado, y
de quedar conformes testigo y acusado en
los términos que se han detallado, lo firmaron con el Juez Fiscal y el
Secretario.
Inmediatamente
en el mismo día, y después de haber salido el que queda
confrontado, mandó el Juez, compareciese el séptimo testigo, Timoteo Díaz, y
habiéndose contestado que subsistía su deserción, mandó se pusiese por
diligencia.
En dicho día, mes y año,
habiendo el oficial defensor pedido el proceso, le fue entregado en 59 fojas
útiles y mandó se pusiese por diligencia.
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