El espíritu de Piar invocado
por el maestro Luis Morales Bance - Visiones
y ruidos extraños en la Casa que sirvió a Piar de capilla ardiente - Los
fantasmas de El Cardonal
-
El espectro que atormentaba al Libertador - El caballo desbocado que cruza
las pampas de Aragua de Maturín
- La taza
de su último trago amargo.
Un día de jimio de 1994, el maestro Luis Morales Bance, invocó en la Catedral de Ciudad Bolívar, el espíritu del Héroe de Chirica, a través de una
composición musical, con texto de
José Manuel Peláez, que él llamó «Angostura, el oratorio de
Piar». Se valió para ello de la
Cantata de Solistas de Venezuela, el actor dramático Gustavo Rodríguez, los Niños Cantores de Villa de Cura y la
Coral Voces de la Gran Sabana.
Un Oratorio que obedece al momento específico
de su muerte,
montado en el escenario donde se movió Piar antes de recibir la descarga de su ejecución.
De ninguna manera,
como bien lo afirmó su autor en esa oportunidad, se trata de una obra histórica ni se pretende
con ella
hacer historia, sino que busca que la gente se acerque al personaje, que lo sienta e intente
vivir lo que él seguramente
experimentó momentos antes de ser pasado por las armas. También, se desea con ella
hacer ver de
alguna forma a Piar corno el cordero
de la patria que debe ser ajusticiado para que la patria sobreviva.
A través de la música y del texto, en fin, sus
autores intentan
construir una imagen que los anales de la guerra emancipadora quizás no han podido revelar
sobre Piar, la del
hombre emocional traducido en una especie de mártir de la historia.
Se escogió para hacer el
papel protagónico al actor Gustavo Rodríguez,
no sólo por ser guayanés, sino por sus
valor histriónico y porque siendo alumno de primaria de la Escuela Heres, que
tenía por sede el inmueble que sirvió
de prisión al prócer, era castigado en la misma celda como a cualquiera
de sus compañeros que cometieran alguna travesura.
En torno a esa casa
restaurada se tejieron cuentos, consejas y
visiones como sombras que pasaban tarde de la noche, aldabonazos en
puertas y ventanas, ruidos de cadenas, relinchos de caballos desbocados que
pasaban por la cuadra, entre ellos el enigmático caballo de tres patas.
La
señora Bernarda Calderón, quien vivió ochenta años en los predios de «El
Cardonal» donde presuntamente sepultaron los restos de Piar, me contó
durante una entrevista que aparte de las flores que el bachiller Ernesto
Sifontes colocaba sobre un cardón del patio de su casa, dos liceístas que
estudiaban por las noches a la luz de un poste
cercano, dejaron de hacerlo porque «algo misterioso se percibía en su patio, ruidos, tambores y
últimamente la sombra rara de un militar». Contaba que su marido
extinto también veía sombras extrañas, ¿y usted no ha visto ni sentido nada?,
le pregunté y dijo: «Yo también, mijito,
he tenido mis visiones, pero la gente de ahora se ríe, no cree en esas
cosas».
Comentaba 'doña Bernarda que
muchas veces oyó decir que el fantasma de Piar también de alguna manera se le aparecía al Libertador y es posible que esta
leyenda haya llegado a los oídos de
Gabriel García Márquez que la tradujo de esta forma en su novela histórica «El
General en su laberinto».
En su novela, el novelista
se imagina la ejecución de Piar, puesta en la
memoria de Bolívar, trece años después,
en el colombiano pueblo de Soledad, de tránsito hacia la muerte.
hamaca y contempló por la
ventana la plaza solitaria y polvorienta, la
iglesia de muros descarnados, y un pleito de gallinazos por las piltrafas de un perro muerto. La crudeza de los primeros soles anunciaba un día
sofocante.
-Vamos nos de aquí, volando -dijo el general. No quiero oír
los tiros de la ejecución.
José Palacios se estremeció. Había vivido ese instante en otro lugar y en otro tiempo, y el general estaba idéntico a entonces, descalzo en los ladrillos crudos del piso, con los calzoncillos largos y el gorro de dormir en la cabeza
rapada. Era un antiguo sueño repetido en la realidad».
Aragua de Maturín, donde
acampó Piar la última vez y donde fue aprehendido por los carabineros del
general Manuel Cedeño, también conserva reliquias y cuenta lo que pueden ser
fábulas o verdades. La señora Paula Felipa Velásquez contaba que en el momento
de la aprehensión de Piar, doña Rosa Cabello de Silva, la vecina de la casa donde pernoctó, le llevó café bien caliente
en una taza con su respectivo platillo que aún se conserva en el hogar
de la familia Vásquez.
En ese
mismo municipio que lleva el nombre del prócer, todavía los vecinos
sienten por las noches el trote de la
montura de Piar. Gente hay incluso que la ha visto partir desde una Mata de Chica de_la que ya
no queda sino el tronco añoso en las
inmediaciones de la iglesia. El
romancero del lugar, Epiménides Mérida, canta en una de sus
composiciones lo que le contaba su abuela: «Ella solía contar / que de la Chica salía / y todo el pueblo decía / que era el caballo de Piar / Se sentía al
caminar / el ruido de las charnelas / aullaba el perro Centinela /
echado junto al fogón / son cosas de las contiendas / que dejan esa secuela /»viandante, sino también en Pozo Azul y
Manaroca y a esta creencia
vuelve a dar pábulo el mismo romancero: «Saliendo
de Pozo Azul / con rumbo a la Manaroca / en un caballo fantasma / Piar sin cabeza galopa / Tambores negros / cascos sonoros / llantos de perros /
remotos coros / Nadie lo ve ni lo
toca / todos oyen su tropel / nadie le ha oído la boca / Nadie lo ha
visto volver / Sayonas ni encapuchados / le
entorpecen su camino / solos los chaures
desvelados / y ojos de aguaitacaminos / Alma en pena que vigila / la paz de la noche oscura / noche oscura que titila / con Piar, llama en la llanura /
Tambores negros / cascos sonoros / llantos de perros / remotos coros / ».
FUENTES BIBLIOHEMEROGRAFICAS
DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE LA VIDA PUBLICA DEL LIBERTADOR José Félix Blanco y Ramón Azpúrua. Volúmenes V y VI. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas 1978 / CARTAS DEL LIBERTADOR Volúmenes I y III. Líderes Editores. Caracas / MEMORIAS DE O´LEARY Tomos XV y XVI / ARCHIVO DE SUCRE / Fundación Vicente Lecuna. Banco de Venezuela Tomo I. Caracas, 1973 / ANALES DE GUAYANA Bartolomé Tavera Acosta. Ciudad Bolívar 1913 / DIARIO HISTORICO DE VENEZUELA J. R. Mena Moreno. UCV Caracas 1969 / HISTORIA DE MARGARITA Francisco Javier Yánez. Caracas 1948 / HISTORIA DE LA PROVINCIA DE CUMANA Francisco Javier Yánez. Caracas 1947 / ESTUDIO BIOGRAFICO DE JOSE FRANCISCO BERMÚDEZ José Mercedes Gómez. Cumaná 1989 / VOLUNTARIOS BRITÁNICOS E IRLANDESES EN LA GESTA BOLIVARIANA Eric Lambert. Tomo I. CVG. Caracas 1981 / DIARIO DE BUCARAMANGA L. Peru De La Croix. Ediciones Centauro. Caracas 1873 / IMPRESOS DE ANGOSTURA Pedro Grases 1817-1822. Facsímiles. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas 1969 / BOVES, EL UROGALLO Francisco Herrera Luque. Caracas / LA GUAYANA DEL LIBERTADOR Manuel Alfredo Rodríguez. Ferrominera Orinoco 1982. / GACETA OFICIAL DE GUAYANA No. 22. del 17 de mayo de 1876 / MEMORIAS DEL GENERAL O´ LEARY Volumen 15. Edición facsimilar del original de la primera edición, Ministeio de la Defensa 1981./ MONAGAS Y SU SABER TRADICIONAL Juan José Ramírez. Caracas, 1985 / ACTA DE LA SESIÓN DEL SENADO Congreso de Venezuela 25 de abril de l996 / HEROES Y ESPANTAPÁJAROS Mimina Rodríguez Lezama. AEV, 1991 / REVISTA MOMENTO “Piar ser el libertador de los negros?” reportaje de Pedro Rojas / BOLETÍN HISTORICO Fundación Boulton No 41. Mayo 1976 / EL GENERAL EN SU LABERINTO Gabriel García Márquez. Novela. Bogota 1989 / TRABAJOS PERIODÍSTICOS DE AMERICO FENANDEZ: “Al Libertador y a Piar los hermanó la muerte”, reseña del discurso de Luis Villalba Villalba. Diario El Nacional, 07.04.1968; “Piar no se llamaba Manuel Carlos sino Manuel María Francisco” declaración del restaurador, paleógrafo y traductor venezolano Ricardo Pardo. El Nacional, 15.07.1975; “El origen de Piar” entrevista al historiador Asdrúbal González. El Nacional, 22.10.1979; “Buscan los restos del General Piar” El Nacional, 15.06.1980; “Piar muerto y redivivo”, Correo del Caroní, 16.10.1991; “Manuel Piar en la vena del poeta de Guayana”-Correo del Caroni, 11.04.1992; “Piar: itinerario de una muerte” Correo del Caroní, 16.10.1994; “Natalicio de Manuel Piar” Correo del Caroní, 27.04.1997.
por fin se le hizi justicia a piar y esta en el panteon nacional.
ResponderEliminarEncontré la reseña sobre la Cantata a Piar la cual disfruté en el Teatro Teresa Carreño en Caracas. No recuerdo la fecha pero sí la maravillosa puesta en escena, la música espectacular, el Coro, el primer actor Gustavo Rodríguez. Sublime momento y viene a mi memoria en el contexto del ingreso del héroe de Guayana G/j Manuel Piar al Altar de la Patria. A su reencuentro con El Libertador Simón Bolívar.
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