martes, 4 de junio de 2013

CAPITULO XXIX Oratorio y Creencias


El espíritu de Piar invocado por el maestro Luis Morales Bance - Visiones y ruidos extraños en la Casa que sirvió a Piar de capilla ardiente - Los fantasmas de El Cardonal
-   El espectro que atormentaba al Libertador - El caballo desbocado que cruza las pampas de Aragua de Maturín
-   La taza de su último trago amargo.
Un día de jimio de 1994, el maestro Luis Morales Bance, invocó en la Catedral de Ciudad Bolívar, el espíri­tu del Héroe de Chirica, a través de una composición musical, con texto de José Manuel Peláez, que él llamó «Angostura, el oratorio de Piar». Se valió para ello de la Cantata de Solistas de Venezuela, el actor dramático Gustavo Rodríguez, los Niños Cantores de Villa de Cura y la Coral Voces de la Gran Sabana.
Un Oratorio que obedece al momento específico de su muerte, montado en el escenario donde se movió Piar antes de recibir la descarga de su ejecución. De ninguna manera, como bien lo afirmó su autor en esa oportuni­dad, se trata de una obra histórica ni se pretende con ella hacer historia, sino que busca que la gente se acer­que al personaje, que lo sienta e intente vivir lo que él seguramente experimentó momentos antes de ser pasa­do por las armas. También, se desea con ella hacer ver de alguna forma a Piar corno el cordero de la patria que debe ser ajusticiado para que la patria sobreviva.
A través de la música y del texto, en fin, sus autores intentan construir una imagen que los anales de la gue­rra emancipadora quizás no han podido revelar sobre Piar, la del hombre emocional traducido en una especie de mártir de la historia.
Se escogió para hacer el papel protagónico al actor Gustavo Rodríguez, no sólo por ser guayanés, sino por sus valor histriónico y porque siendo alumno de prima­ria de la Escuela Heres, que tenía por sede el inmueble que sirvió de prisión al prócer, era castigado en la mis­ma celda como a cualquiera de sus compañeros que co­metieran alguna travesura.
En torno a esa casa restaurada se tejieron cuentos, consejas y visiones como sombras que pasaban tarde de la noche, aldabonazos en puertas y ventanas, ruidos de cadenas, relinchos de caballos desbocados que pasaban por la cuadra, entre ellos el enigmático caballo de tres patas.
La señora Bernarda Calderón, quien vivió ochenta años en los predios de «El Cardonal» donde presuntamente sepultaron los restos de Piar, me contó durante una en­trevista que aparte de las flores que el bachiller Ernesto Sifontes colocaba sobre un cardón del patio de su casa, dos liceístas que estudiaban por las noches a la luz de un poste cercano, dejaron de hacerlo porque «algo misterio­so se percibía en su patio, ruidos, tambores y últimamen­te la sombra rara de un militar». Contaba que su marido extinto también veía sombras extrañas, ¿y usted no ha visto ni sentido nada?, le pregunté y dijo: «Yo también, mijito, he tenido mis visiones, pero la gente de ahora se ríe, no cree en esas cosas».
Comentaba 'doña Bernarda que muchas veces oyó de­cir que el fantasma de Piar también de alguna manera se le aparecía al Libertador y es posible que esta leyenda haya llegado a los oídos de Gabriel García Márquez que la tradujo de esta forma en su novela histórica «El Gene­ral en su laberinto».
En su novela, el novelista se imagina la ejecución de Piar, puesta en la memoria de Bolívar, trece años des­pués, en el colombiano pueblo de Soledad, de tránsito hacia la muerte.
hamaca y contempló por la ventana la plaza solitaria y polvorienta, la iglesia de muros descarnados, y un pleito de gallinazos por las piltrafas de un perro muerto. La crudeza de los primeros soles anunciaba un día sofocan­te.
-Vamos nos de aquí, volando -dijo el general. No quie­ro oír los tiros de la ejecución.
José Palacios se estremeció. Había vivido ese instante en otro lugar y en otro tiempo, y el general estaba idénti­co a entonces, descalzo en los ladrillos crudos del piso, con los calzoncillos largos y el gorro de dormir en la cabe­za rapada. Era un antiguo sueño repetido en la realidad».
Aragua de Maturín, donde acampó Piar la última vez y donde fue aprehendido por los carabineros del general Manuel Cedeño, también conserva reliquias y cuenta lo que pueden ser fábulas o verdades. La señora Paula Feli­pa Velásquez contaba que en el momento de la aprehen­sión de Piar, doña Rosa Cabello de Silva, la vecina de la casa donde pernoctó, le llevó café bien caliente en una taza con su respectivo platillo que aún se conserva en el hogar de la familia Vásquez.
En ese mismo municipio que lleva el nombre del pró­cer, todavía los vecinos sienten por las noches el trote de la montura de Piar. Gente hay incluso que la ha visto partir desde una Mata de Chica de_la que ya no queda sino el tronco añoso en las inmediaciones de la iglesia. El romancero del lugar, Epiménides Mérida, canta en una de sus composiciones lo que le contaba su abuela: «Ella solía contar / que de la Chica salía / y todo el pueblo decía / que era el caballo de Piar / Se sentía al caminar / el ruido de las charnelas / aullaba el perro Centinela / echado junto al fogón / son cosas de las contiendas / que dejan esa secuela /»viandante, sino también en Pozo Azul y Manaroca y a esta creencia vuelve a dar pábulo el mismo romancero: «Sa­liendo de Pozo Azul / con rumbo a la Manaroca / en un caballo fantasma / Piar sin cabeza galopa / Tambores negros / cascos sonoros / llantos de perros / remotos co­ros / Nadie lo ve ni lo toca / todos oyen su tropel / nadie le ha oído la boca / Nadie lo ha visto volver / Sayonas ni encapuchados / le entorpecen su camino / solos los chaures desvelados / y ojos de aguaitacaminos / Alma en pena que vigila / la paz de la noche oscura / noche oscura que titila / con Piar, llama en la llanura / Tambo­res negros / cascos sonoros / llantos de perros / remotos coros / ». 




FUENTES  BIBLIOHEMEROGRAFICAS


DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE LA VIDA PUBLICA DEL LIBERTADOR José Félix Blanco y Ramón Azpúrua. Volúmenes V y VI. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas 1978 / CARTAS DEL LIBERTADOR Volúmenes  I  y III. Líderes Editores. Caracas / MEMORIAS DE O´LEARY Tomos XV y XVI / ARCHIVO DE SUCRE / Fundación Vicente Lecuna. Banco de Venezuela Tomo I. Caracas, 1973 / ANALES DE GUAYANA Bartolomé Tavera Acosta. Ciudad Bolívar 1913   / DIARIO HISTORICO DE VENEZUELA J. R. Mena Moreno. UCV Caracas 1969 / HISTORIA DE MARGARITA Francisco Javier Yánez. Caracas 1948 / HISTORIA DE LA PROVINCIA DE CUMANA Francisco Javier Yánez.  Caracas 1947 / ESTUDIO BIOGRAFICO DE JOSE FRANCISCO BERMÚDEZ José Mercedes Gómez.  Cumaná 1989 / VOLUNTARIOS BRITÁNICOS E IRLANDESES EN LA GESTA BOLIVARIANA Eric Lambert. Tomo I.  CVG. Caracas 1981  /  DIARIO DE BUCARAMANGA  L. Peru De La Croix. Ediciones Centauro. Caracas 1873 / IMPRESOS DE ANGOSTURA Pedro Grases 1817-1822. Facsímiles. Ediciones de la Presidencia de la República.  Caracas 1969 / BOVES, EL UROGALLO Francisco Herrera Luque. Caracas / LA GUAYANA DEL LIBERTADOR Manuel Alfredo Rodríguez. Ferrominera Orinoco  1982. / GACETA OFICIAL DE GUAYANA No. 22. del 17 de mayo de 1876 / MEMORIAS DEL GENERAL O´ LEARY Volumen 15. Edición facsimilar del original de la primera edición, Ministeio de la Defensa 1981./ MONAGAS Y SU SABER TRADICIONAL Juan José Ramírez. Caracas, 1985 / ACTA DE LA SESIÓN DEL SENADO  Congreso de Venezuela 25 de abril de l996 / HEROES Y ESPANTAPÁJAROS Mimina Rodríguez Lezama. AEV, 1991 / REVISTA MOMENTO “Piar ser el libertador de los negros?” reportaje de Pedro Rojas / BOLETÍN HISTORICO Fundación Boulton No 41. Mayo 1976 / EL GENERAL EN SU LABERINTO Gabriel García Márquez. Novela. Bogota 1989 / TRABAJOS PERIODÍSTICOS DE AMERICO FENANDEZ:  “Al Libertador y a Piar los hermanó la muerte”, reseña del discurso de Luis Villalba Villalba. Diario El Nacional, 07.04.1968;  “Piar no se llamaba Manuel Carlos sino Manuel María Francisco”  declaración del restaurador, paleógrafo y traductor venezolano Ricardo Pardo. El Nacional, 15.07.1975; “El origen de Piar” entrevista al historiador Asdrúbal González. El Nacional, 22.10.1979; “Buscan los restos del General Piar” El Nacional, 15.06.1980;  “Piar muerto y redivivo”, Correo del Caroní, 16.10.1991; “Manuel Piar en la vena del poeta de Guayana”-Correo del Caroni, 11.04.1992; “Piar: itinerario de una muerte”  Correo del Caroní, 16.10.1994; “Natalicio de Manuel Piar” Correo del Caroní, 27.04.1997. 

2 comentarios:

  1. por fin se le hizi justicia a piar y esta en el panteon nacional.

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  2. Encontré la reseña sobre la Cantata a Piar la cual disfruté en el Teatro Teresa Carreño en Caracas. No recuerdo la fecha pero sí la maravillosa puesta en escena, la música espectacular, el Coro, el primer actor Gustavo Rodríguez. Sublime momento y viene a mi memoria en el contexto del ingreso del héroe de Guayana G/j Manuel Piar al Altar de la Patria. A su reencuentro con El Libertador Simón Bolívar.

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